lunes, 29 de noviembre de 2010

Los wikileaks que nadie a visto

Por The Journindie y sus colaboradores internacionales, Elías Gómez y Manuela Farfán




Nadie sabía que Putin en una borrachera indomable, rodeado por sus trofeos de cazador y el fino licor del Palacio del Kremlin, tuvo el antojo y arrebato de llamar veinte prostitutas de nacionalidades diversas, las cuales fueron alimentadas, embriagadas y folladas durante una semana con sus días y sus noches. El festín pasó como un evento cualquiera en la cotidianidad del mundo vulgar, pero quedó consignado en el diario de un espía norteamericano que, a falta de guerra fría, observa las juergas y pornolalias del primer ministro ruso.

Nadie sabía que Bush Jr, ese vaquero insolente y mal hablado que se fue de guerra sin saber por qué, es uno de los principales bojarrones del mundo árabe. Su interés real por destruir al dictador Hussein era implantar el matrimonio gay en Irak. Obviamente por debajo de la mesa, sin que nadie chistara (ni chisperara) a nadie. Bush Jr es un cacorro y sodomita conocido en el fino y sexual mundo de los árabes, quienes no pueden creer que tantos muertos, tantas tierras y tanta paz hubieran sido acabadas por hecharse un polvo con un joven parecido a Solín. Los caprichos del vaquero salieron caros.

Nadie sabía que Álvaro Uribe Vélez, ex-presidente de Colombia, había pegado con juete y chancleta al cacorro maricón de su hijo Tomás (¿O fue a Jerónimo) porque lo agarró en pleno maniculeo. Según Wikyleaks, la ex-primera dama, Lina de Uribe, le dijo a su esposo que "parara la cosa", pues sino ella empacaría maletas y se iría con sus afeminados vástagos. Así mismo, un espía gringo también aseguró en un informe haber visto a la ex ministra María Consuelo Araujo mamándoselo a Uribe en pleno establo del Ubérrimo. Nadie lo sabía, pero este presidente era adicto al sexo.

Nadie sabía que después de muchos años han salido a relucir los mosos y novios clandestinos que tenían Alfonso López Michelsen. El Pollo, como le decían por cariño los colombianos que lo despreciaban, era un comedor de chinitos imparable. Masticaba con lujuria y lentitud, saboreando la piel juvenil y exprimiendo los mejores años de esa virilidad ajena. Nadie sabía que esto sucedía, pero una nota de un espía de Wikyleaks escrita en una fina servilleta, entrega los detalles de las faenas y orgías que se daba este presidente borracho, cacorro y corruptor.

Nadie sabía que era posible conocer la información secreta de los países. La red y sus infinitas maneras de mover datos, nos trajeron estas perlas de la diplomacia y la política nacional e internacional. No son suficientes. Deberán revelar todo de aquellos hombres públicos tan silenciosos, de aquellos poderosos que no tienen nada que deber ni temer. Los Wikileaks nos dan el rostro de la verdadera infamia. Ojalá se publiquen más informes escritos en servilletas y más traidores y sapos acaloren el debate con sus verborreas.

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