lunes, 21 de junio de 2010

La ola sin orilla.

POR CHANO CASTAÑO


    Antes de la primera vuelta fuimos optimistas. La esperanza parecía brotar de las palabras de todos, el auge de cambio se convirtió en una atmósfera de esperanza falsa, y el sujeto que se inmoló por esta causa pareció más un sacrificado que un candidato a la presidencia. Porque aunque a algunos les duela, Mockus fue el iceberg que derrumbó muchos de los votos de partido. No sólo maquinaria, fraude y puestos fueron lo que llenó el valde santista; también las bajadas de pantalones donde había que cogerselos, los mimos cuando había que ser profesores, y las fumigaciones, correcciones, promesas y mockusadas--porque hay unas cagadas muy singulares, como veremos adelante--, fueron las que remataron con tiro de gracia al girasol que tanto nos gustaba.

   Hubo una noche de copas en la ciudad en que escuché, refuté y respeté las palabras, lágrimas y mocos de un aberrado con el partido verde. Era una cosa enferma este señor. No podía hablarse mal del lituano porque el silencio tenso de su parte vapuleaba la convivencia en al mesa del bar, tampoco debía uno decir algo corrupto, con tinte de picardia, ni menos aludir a otro tipo de candidatos en tono positivo o elocuente, porque saltaba al cuello el tipejo. Yo no resistí tanta intolerancia color trébol y le dije que si esos eran los partidarios de Mockus, mejor que se fueran aliando con Santos. Y fue Troya. faltaron pocos insultos, más gritos femeninos y unas gotas de tequila para que me partieran el hocico, pero por fortuna no pasó nada. Simplemente me fui con quien venía y salí tildado de facho.

   Aunque cueste creerlo hubo una ocasión peor que el aberrado. Fue un evento desgraciado en el que aparecieron dos tipos, uno de corbata verde y el otro de cuello blanco. El primero de ellos llamaba al otro Doctor y el segundo llamaba a su contendor Profesor. No sé por qué nunca se dijeron de manera realista "maestro", "profe", "rábula", "krápula". Porque en Colombia muchos profesores son gamines, y muchos doctores son unas escorias. El evento este que todos llamaban debate me hizo dar cuenta que en Colombia nunca, o por lo menos en muchísimo tiempo, se va a cambair algo si la gente sigue creyendo que ser puto, frentero, difamador y avivato es la mejor actitud. Alguien tal vez nos haga pagar caro eso.

   Cuando el doctor Mockus dijo que iba a fumigar con glifosfato en uno de estos debates, la cagó. Hay va la M. Cuando el profesor Mockus dijo, enrredadamente, que admiraba a Chávez, la recagó. Hay va la O. Cuando el alumno Mockus dijo que extraditaría a Uribe, la triplecago. Hay va la C. Cuando el Profesor Mockus dijo que era ateo, y en la noche dijo que era satanico, y en la mañana siguiente dijo que era católico, la santicago. Hay va la K. Cuando el ex-alcalde Mockus dijo que no dominaba muchos temas de la realidad nacional, la setentacagó. Hay va la U. Cuando el ex-candidato del partido verde cantó como un mesias en un momento crítico de unidad alrededor de su movimiento, la cagó como la cagan esos a los que el tanto crítica, los políticos corruptos. Hay va la S Cuando el ex-rector de la Nacho, Antanas Mockus, dijo que el Polo estaba minado por iniciativas violentas, no solamente se cagó en el girasol que tenía por logo, sino que arrancó el girasol para sembrar un fusil. Hay va la A. Cuando el baja pantalones de Mockus dijo que convenciéramos a los vecinos de votar por él, no se dio que él como motivo de una argumentación política sólo invitaba a la contradicción. Hay va la D. Cuando el legal, honesto, pulcro e intachable Antanas Mockus pidió apoyo a Cambio Radical y no se lo dieron por apoyar a la U, salió a gritar que todo era fruto del clientelismo. Hay va otra A. Y cuando el supuesto orador, académico, conferencista, líder, pedagógo y político Antanas salió a hablar muchas veces, pero muchas veces, no se le entendió un carajo. O por lo menos mucha gente que quiso entenderlo a fondo no pudo porque él no lo permitió. Hay va la S. En fin: MOCKUSADAS tal vez haya pa rato.